Amenazan de muerte a la diputada María Teresa Ealy por exigir justicia contra Cuauhtémoc Blanco

La intimidación a mujeres en la vida pública ha alcanzado un nuevo y alarmante nivel. La diputada federal María Teresa Ealy, integrante del partido Morena y firme defensora de los derechos de las mujeres, fue blanco de una amenaza de muerte luego de exigir que no se detengan las investigaciones en contra del exgobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, señalado por presunta violencia sexual.

“Te tenemos ubicada. Ya tienes precio”, decía el mensaje recibido en su teléfono. Acompañado de lenguaje violento, machista y con datos personales detallados —como su domicilio y placas del automóvil—, el mensaje buscaba una sola cosa: silenciarla.

El mensaje llegó solo horas después de que la legisladora hiciera pública su presencia en la Fiscalía estatal para revisar los expedientes que involucran al exfutbolista. Ealy ha sido una de las pocas voces dentro de su bancada que ha exigido que las acusaciones en contra de Blanco no se diluyan en la impunidad.

La diputada no duda en vincular directamente esta amenaza con su labor. “No tengo pruebas de quién lo envió, pero sé perfectamente por qué lo hicieron”, dijo en entrevista. “El crimen organizado y el poder político se alimentan del silencio de las mujeres. Yo no me voy a callar”.

Aunque denunció el hecho ante la Fiscalía de la Ciudad de México, al cierre de esta nota solo ha recibido acompañamiento institucional de la fiscal capitalina. Del Congreso, particularmente de la mayoría oficialista a la que pertenece, ha recibido poco más que indiferencia. “¿Dónde están mis compañeros? ¿Dónde está la solidaridad de quienes dicen defender los derechos humanos? Hoy guardan silencio”, cuestionó con fuerza.

El mensaje amenazaba no solo con agredirla a ella, sino también a miembros de su familia. Es una muestra más del costo que muchas mujeres pagan por no ceder ante la presión y el miedo. “Este no es un asunto personal”, asegura Ealy, “es un ataque político con claros tintes de género”.

Hasta ahora, la Cámara de Diputados no ha emitido un pronunciamiento oficial ni ha ofrecido garantías de protección para la legisladora. Sólo Ricardo Monreal, líder de bancada, le ha brindado respaldo. Pero el vacío institucional pesa más que una declaración individual.

La diputada ha exigido protección urgente a la Fiscalía General de la República, a la Secretaría de Seguridad Ciudadana y a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. También responsabilizó públicamente a las autoridades de cualquier atentado en su contra o en contra de su familia.

“Me quieren callada, pero seguiré hablando”, afirmó. “No pienso retroceder en mi lucha por un país donde ninguna mujer tenga que vivir con miedo por defender la verdad”.

En un país donde ser mujer y alzar la voz puede costarte la vida, lo que le ocurrió a María Teresa Ealy no es una excepción: es el reflejo crudo y brutal de la violencia política que se ensaña con quienes se atreven a incomodar al poder.